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Blog de Carlos Goga

Sobre bitcoin, la blockchain y las posibilidades de estos nuevos destellos tecnológicos

08/01/2016 | | cambio, economía colaborativa, emprender, nuevas tecnologías, otra economía | 4 Comentarios

He dedicado las últimas 48 horas a investigar, en profundidad, sobre bitcoin y blockchain, conceptos que hoy por hoy están en boca de muchos y cuya definición e implicaciones ciertas, contextualizadas, se me escurrían de cabeza, manos y pies.

La primera vez que leí sobre bitcoin y que me ofrecieron una pequeña conversación al respecto fue en el año 2011. Mi proyecto en aquel momento se llamaba doconyou y lo posicionábamos como “la primera red universal de facturación electrónica”. Entre otros muchos asuntos, trabajábamos con la firma electrónica y otros sistemas de privacidad, seguridad y encriptado en las comunicaciones. Nada sexy. Tan poco sexy que tras una charla en THE APP DATE, un desarrollador se acercó y me contó bitcoin. Apenas presté atención, lo reconozco. Mi cabeza estaba ocupada en otros menesteres.

Sin embargo, no abandoné el concepto ni la inquietud por saber mejor. Durante estos últimos años, aunque he leído artículos sueltos y he escuchado breves charlas, no he acabado de entender la profundidad de la innovación que bitcoin ofrecía y sigue ofreciendo. Hoy, 48 horas después de esta peculiar recuperación de la que consideraba una asignatura pendiente, me siento delante del PC para escribir y compartir mis descubrimientos.

Primero, un poco de contexto y unas cuantas curiosidades que nos ayuden a aterrizar, a poner los pies sobre la tierra y a centrar la atención.

Bitcoin es una moneda electrónica (o criptomoneda) que surge de la iniciativa open-source (software de código abierto) de Satoshi Nakamoto, el pseudónimo misterioso de su o sus creadores que aún hoy permanecen en el más absoluto anonimato. Su propuesta arranca en USA en 2008-2009 y recoge y orquesta tecnologías y conceptos económicos ya existentes.

Como propuesta tecnológica, bitcoin soluciona de manera innovadora (aquí recoge importancia el palabro de la blockchain) lo que en informática distribuida se conoce como el Problema de los Generales Bizantinos, o el Problema del Doble Pago. Como propuesta económica, bitcoin es una respuesta a la desconfianza generalizada en el sistema financiero (incluyendo aquí bancos centrales, banca comercial y gobiernos) que tiene sus raíces, como gran ejemplo de corrupción y manipulación, en la GRAN crisis económica, financiera y de deuda que arrancó en 2007, que aún seguimos sufriendo y que tan bien se recoge en documentales como Zeitgeist, Money as Debt, Money Masters o Four Horsemen.

Desde entonces, bitcoin ha pasado por diferentes fases, tanto de esplendor como de decepción, pero sin duda con grandes avances y logros. Algunos números a continuación.

  • El tipo de cambio superó en 2012 los 1.000 dólares por bitcoin y, a fecha de hoy, está en algo más de 450 dólares por bitcoin, con una capitalización de casi 7.000 millones de dólares y más de 50 mercados de cotización diferentes.
  • En USA, bitcoin se acepta como moneda para pagar impuestos municipales en 36 ciudades de 25 estados diferentes. Más de 200.000 empresas pueden pagar sus nóminas en bitcoins. Más de 700.000 comercios y 12.000 restaurantes lo aceptan como medio de pago, pudiendo desde comprar oro hasta pagar una pizza, con nombres tan conocidos como WAL-MART, eBAY o Dell.
  • Hay extensiones de monedero electrónico bitcoin para Chrome y para Firefox y todo indica que pronto también para Explorer.
  • Existen infinidad de libros, vídeos, podcasts y blogs sobre bitcoin, cubriendo casi todos los puntos de vista imaginables.
  • El país que más ha abierto su regulación a bitcoin es Francia. Mientras, todo indica que Rusia y China consideran bitcoin de interés nacional.
  • Angel.co ha identificado a más de 800 las empresas de nueva generación (o start-ups) cuyo eje de innovación y disrupción es bitcoin (en sentido amplio).
  • Existen más de 100 altcoins, criptomonedas alternativas inspiradas por bitcoin y que descansan sobre su tecnología.

Para ser una tecnología de código abierto relativamente nueva, o para ser una moneda electrónica alternativa, cualquiera puede observar que los avances han sido muchos y muy rápidos. De ahí, todo el momentum y toda la expectación que rodean a bitcoin y a blockchain.

Pero, ¿qué es bitcoin? ¿y qué son esos otros términos como ledger, blockchain, public key/private key o mining que siempre se entrecruzan?

Antes de ofrecer una respuesta detallada, vamos a despejar la mayor. Bitcoin es una novedosa plataforma tecnológica que ha visto la luz creando la primera criptomoneda que también se llama bitcoin, por lo que bitcoin es el término que recoge la totalidad y sobre el que me concentro en este post.

La blockchain (o cadena de bloques), el ledger (o registro público o contabilidad pública o libro mayor público, como se prefiera), la combinación public key/private key (clave pública/clave privada) y el mining (la minería) son los modelos tecnológicos principales que bitcoin utiliza para resolver con éxito sus principales retos. Para quien no tiene un perfil técnico o una curiosidad matemática, no hay necesidad alguna en entender estos conceptos. Querer entender blockchain, ledger, public key/private key o mining es como querer entender cómo funciona el http, el DNS, las direcciones IP, las bases de datos relacionales y esa infinidad de tecnologías que conforman el internet nuestro de cada día. Eso sí, aviso a navegantes, si pretendes comprometerte profesionalmente con Internet y con bitcoin, más te vale familiarizarte y mucho con todos estos términos, los de Internet y los de bitcoin.

Así pues, voy a centrarme en bitcoin y a buscar simplicidad (condensada) a las preguntas “qué es y para qué sirve”. La mejor aproximación que se me ocurre es adoptar tres diferentes perspectivas, tres diferentes puntos de vista (bitcoin como criptomoneda, bitcoin como plataforma tecnológica y bitcoin como innovación disruptiva) que nos lleven a definiciones parciales, aunque totalmente complementarias.

Vamos a empezar por bitcoin como moneda electrónica, o criptomoneda.

Desde el punto de vista económico, bitcoin es la primera moneda electrónica global (que no responde a una geografía concreta) plenamente operativa (es unidad de medida, medio de pago y almacén de valor) y con todas sus características estructurales (es escasa, es reconocible, es divisible, es portátil y es anónima).

Desde el punto de vista bancario, bitcoin es la primera moneda electrónica totalmente independiente de gobiernos (no sujeta por tanto a legislaciones territoriales, ni a impuestos o embargos de saldos), de los bancos centrales (no sujeta a políticas económicas o monetarias ni a objetivos ideológicos ni al mecanismo estándar de creación de dinero a través de deuda) y de los bancos (ajena de la intermediación bancaria y exenta de comisiones y gastos de administración o de transacción injustificados). Además, sustituye a bancos y banqueros en su función de terceros de confianza (o al menos, compite con ellos y provoca que se pongan las pilas desde una situación de competencia disruptiva), ofrece costes de transacción bajos y velocidad de transacción alta.

Desde el punto de vista financiero, bitcoin es otra moneda sobre la que desarrollar complejos instrumentos y activos financieros y sobre la que especular de manera feroz y descontrolada. Muchos son los que se enriquecerán y se empobrecerán por aquí. Es especulación pura y dura.

Desde el punto de vista del desarrollo económico, bitcoin ofrece un medio de pago electrónico a toda la población mundial que vive en países donde el sistema financiero es aún primitivo y no existe un sistema bancario desarrollado, pero donde la penetración de teléfonos móviles es alta. Por ponerle una cifra, se considera que más de 2.500 millones de personas del planeta viven en esta situación.

Desde el punto de vista educativo, bitcoin ha despertado el interés de toda una generación joven sobre aspectos fundamentales del sistema financiero y bancario (o el sistema monetario) y del concepto del dinero, siempre desde una aproximación crítica. Además, es fácil intuir que en muchos aspectos se asemeja a los videojuegos, así que de algo servirán todas esas horas de los jóvenes delante del ordenador.

Desde el punto de vista geopolítico, bitcoin ofrece la promesa de liberar a las sociedades del sistema financiero y bancario actual y reducir su factura (o coste extractivo) que, desde el control monopolístico, algunos estiman que supone un 8% del PIB mundial, más toda la destrucción masiva y las grandes pérdidas que ocasiona (a través de guerras y crisis dirigidas) y la absorción del 25% de los mejores estudiantes universitarios (que acaban trabajando para el sector financiero y no en sectores realmente productivos de la sociedad).

Seguimos en nuestro acercamiento a bitcoin, ahora como tecnología descentralizada.

Desde el punto de vista del programa, bitcoin es un desarrollo libre y gratuito, de código abierto, que cualquiera puede utilizar y sobre el que cualquiera puede innovar, siguiendo la tradición de otras soluciones de código abierto de éxito como Apache, Lynux, Mozilla, mySQL, Wikipedia, Drupal, GitHub o WordPress.

Desde el punto de vista del desarrollador, bitcoin es una plataforma de desarrollo que consta de un protocolo, un lenguaje de transacciones y una infraestructura en red abierta y descentralizada. En tanto que plataforma, provee un entorno de base de datos (entendido  como registros o contabilidad de transacciones) descentralizado y distribuido (todos los participantes de la red tienen exactamente la misma base de datos) incorruptible (nadie puede alterar registros históricos) con un proceso de actualización (o sincronización) impuesto por la propia red desde sistemas de consenso (basados en algoritmos matemáticos). Además, ya existe un amplio ecosistema de innovación con propuestas de lenguajes y entornos de desarrollo avanzados (por ejemplo, Ethereum) o de aplicaciones bitcoin más verticales (por ejemplo, Swarm).

Desde el punto de vista de diseño de redes, bitcoin es una red peer-2-peer totalmente descentralizada (que carece de un centro neurálgico) con confianza intrínseca (permite que participantes anónimos confíen entre sí desde las propias dinámicas de la red) y altamente segura, con la capacidad de resistir cualquier tipo de ataques (sea de gobiernos o de hackers) o fallos del entorno (cortes de suministro eléctrico o catástrofes naturales) dentro de un sistema que busca el equilibrio e impide (o dificulta en extremos) cualquier tentativa de control de un tercero poderoso.

Desde el punto de vista de la administración de sistemas, bitcoin es una red autogestionada (cada nodo participante se las apaña por sí mismo), ampliamente respaldada (cada nodo tiene una copia íntegra de la base de datos por lo que no requiere de copias de seguridad), con un mix de configuración “acceso / verificación / coordinación” desde el que innovar.

Desde el punto de vista de la capacidad de proceso, bitcoin disfruta de una potencia de computación distribuida, pero agregada, que es 8 veces mayor que los 500 superordenadores más potentes del mundo juntos y que trabaja en favor de la seguridad inquebrantable del entorno.

Desde el punto de vista del usuario, bitcoin puede ser utilizado desde ordenadores de sobremesa y de smart-phones con acceso a internet (hay propuestas a través de SMS), con aplicaciones que otorgan capacidades diferentes (asimilables al correo electrónico: cliente web, cliente Windows/Mac o servidor de correo).

Desde el punto de vista de las ciencias computacionales (o informática), bitcoin ofrece una innovadora solución a lo que en informática distribuida se conoce como el Problema de los Generales Bizantinos, o el Problema del Doble Pago.

Desde el punto de vista de su evolución, bitcoin responde a la tradición democrática de los desarrollos libres y gratuitos del código abierto, creciendo y evolucionando en aquella dirección en la que mejor se sirve al bien colectivo (o bien común) y relegando a un segundo plano (o abandonando) aquello que sólo sirve a intereses particulares.

Desde el punto de vista del movimiento “free, open-source software” (código abierto), bitcoin es la culminación de la descentralización (con red descentralizada, organización descentralizada y desarrollo descentralizado) y la resiliencia, sin flancos, inmune ante injerencias regulatorias y ataques de gobiernos y multinacionales (como ocurrió en los casos de Napster, Megauploads o WikiLeaks).

Por último, ofrezco una aproximación a bitcoin en su condición de innovación disruptiva al servicio de nuevos emprendedores.

Desde el punto de vista sectorial, bitcoin ofrece la oportunidad de cambiar las reglas del juego y provocar una enorme disrupción allí donde existe una organización o una empresa cuyo rol descanse en gestionar información de manera centralizada, actuando de centro de confianza para todos sus clientes participantes. O dicho de otra manera, allí donde exista un sistema informático centralizado que coordina, recibe, verifica y/o informa (un ejemplo que me encanta es LaZooz que persigue el nuevo mercado de viajes compartidos dominado por BlaBlaCar). En general, cualquier sector que disfrute de monopolio (o de una alta concentración) es susceptible de ser impactado o alterado. En particular, sectores o sistemas como el bancario, medios de pago electrónicos, registros públicos, notarios, sistemas de elección o votación, datacenters, etc son candidatos perfectos para recibir innovaciones radicales que acaben con su posición dominante. [Ojo que aquí también deberíamos incluir las principales plataformas de economía colaborativa].

Desde el punto de vista financiero, bitcoin ofrece un modelo (a replicar y/o evolucionar) para que nuevas empresas o iniciativas se puedan financiar emitiendo su propia moneda, utilizándola para retribuir a los que participen en su desarrollo y crecimiento. O dicho de otra manera, sin tener que acudir a los bichos financieros (entiéndase fondos de capital riesgo y asimilados). Las dinámicas inauguradas por bitcoin han conseguido que muchos participantes (i) se involucren y comprometan con el entorno en las primeras fases de desarrollo, (ii) colaboren en la construcción de la infraestructura, (iii) disfruten de una (potencial) altísima rentabilidad si la empresa (la plataforma) alcanza el éxito, y (iv) hayan elegido financiar (con los medios a su alcance) todo el proceso.

Desde el punto de vista operativo, bitcoin ofrece un modelo de retribución abierto para incentivar el crowd-sourcing, el crowd-funding y el crowd-investing, dentro de una hibridación que empieza a conocerse como crowd-sale y que consiste, más o menos, en crear una nueva criptomoneda (que cotiza y se puede cambiar por bitcoins y, desde los bitcoins, se puede convertir en euros, dólares, yuans o yenes) con la que retribuir recursos humanos, recursos tecnológicos y recursos financieros. Esta aproximación, aunque con matices importantes, puede entenderse como una variación de las clásicas “stock options” pero sin los farragosos contratos y sin limitaciones legales o fiscales.

Desde el punto de vista societario (u organizativo), bitcoin ofrece un modelo organizativo (a replicar y/o evolucionar) que no requiere de las clásicas sociedades de capital (entiéndase sociedad limitada, sociedad anónima o asimilados) y que permite avanzar y crecer de manera autónoma, independiente de ataduras o servidumbres legales, alineando a los participantes en la dirección del interés común, construyendo desde las mejores prácticas de democracia del movimiento de código abierto, con un rol especial y protagonista para la figura legal de la Fundación.

Desde el punto de vista de los fundadores, bitcoin ofrece modelo organizativo (a replicar y/o evolucionar) respetuoso y comprometido con las intenciones fundacionales, que posibilita el crecimiento acelerado sin las injerencias y los conflictos de interés con los bichos financieros (entiéndase fondos de capital riesgo y asimilados), y que mantiene la puerta abierta a una gran rentabilidad (o al pelotazo, si se prefiere entender así).

Desde el punto de vista de los incentivos para emprender, bitcoin ha creado miles de nuevos millonarios con rentabilidades escalofriantes. Algunos incluso se aventuran a especular que, de tener éxito, engendrará los primeros trillonarios (en dólares) o billonarios (en euros) de la historia, todo desde una gesta del tipo Robin Hood e inicialmente alimentada por la generosidad y el amor al trabajo bien hecho.

Desde el punto de vista del emprendimiento digital, bitcoin disfruta del reconocimiento y el fervor habitual de Silicon Valley y los grandes centros de innovación mundial, aunque muchísimo más abierto geográficamente, con alta presencia en Europa y Asia, tanto que bien podemos reconocerlo como un movimiento tecnológico global.

— o —

Llegado a este punto, antes de concluir este primer post sobre bitcoin, me atrevo a pedirte que si detectas alguna gran incorrección en mis apreciaciones, por favor, comenta o escríbeme para seguir haciendo mi ajuste  fino personal y poder compartir mejor.

Todo lo anterior, ahora si acabo, nos permite hacer una extrapolación simple sobre bitcoin. Si la llegada de internet cambio las reglas de la información rompiendo el monopolio de los grandes medios de comunicación, bien podemos aventurar que bitcoin cambiará las reglas del dinero debilitando sustancialmente (o rompiendo) el monopolio del sistema financiero y de cualquier plataforma colaborativa centralizada. Me atrevo a aventurarme algo más. Creo que bitcoin nos abre una gran puerta hacia un futuro diferente, donde tecnología digital e intereses financieros (y gubernamentales) se distancien y en el que podamos disfrutar de “tecnologías sostenibles”, donde redes y aplicaciones, desarrolladores y usuarios, puedan aparecer, crecer, vivir y convivir en un universo autosuficiente y autoregulado.

Y esto, así expresado, reconforta y recompensa esta inmersión de 48 horas, porque creo firmemente que bitcoin (y todo lo que de aquí nacerá) nos acerca hacia ese gran sueño compartido que ofrezco y a cuyo servicio estoy rendido: #lovetopía. El nuevo mundo que llevamos en nuestro corazón.

 

Etiquetas: bitcoin, cambio, corrupción, emprendedor, innovación, lovetopía, oportunidad, SiliconValley, SillaSofáZapatilla, tecnología

4 Comentarios

Ramon Quesada  on enero 8th, 2016

Hola Carlos
Me ha parecido muy buena explicacion para ser la primera y no sé si podré ayudar con algo de información, pero en cuanto pueda te enviaré algunas anotaciones, por si te pueden valer.
Muchas gracias
Un cordial saludo

AI is coming « Cambio « Blog de Carlos Goga  on julio 6th, 2021

[…] which I fully understood as a big inflection point; and with the irruption of sales pitches around blockchain and bitcoin in 2016, which I felt annoying and […]

AI is coming (part 1) - The School of We  on julio 30th, 2021

[…] I fully understood as a big inflection point; and with the irruption of sales pitches around blockchain and bitcoin in 2016, which I felt annoying and […]

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