El “Juego de Silicon Valley” para emprendedores (VII): tsunami digital
25/04/2012 | carlosgoga | emprender, nuevas tecnologías | No hay comentarios
La relevancia de “el juego de Silicon Valley” trasciende el ámbito de la industria de la tecnología. Quizás, en una primera aproximación, veamos ‘el juego’ como algo aislado, propio de ‘frikis’ o de locos emprendedores, que poco o nada tiene que ver con nosotros. Pero no es así.
Lo que en ‘el juego’ acontece tiene efectos en todos y cada uno de los rincones de nuestra vida. En todos. Lo que allí acontece nos afecta y mucho. Por un lado, impacta profundamente a la sociedad y a las instituciones y sistemas que la sustentan. Por otro lado, impacta en nuestra condición de individuos a todos los niveles, y en concreto, en los ámbitos social, profesional y personal.
Y esto es así porque la tecnología, hoy por hoy, es el principal motor de cambio en nuestra sociedad. No lo es la economía ni la política ni la ideología, como lo fue en otras épocas. A pesar de lo que políticos y banqueros quieran pensar. Ni tampoco lo es la guerra, gracias a dios. Ni lo son los fenómenos naturales que, o si o si, dictan en último término las condiciones en que vivimos. No. Hoy, en los inicios del siglo XXI, la tecnología de la información es el principal motor de cambio en nuestra sociedad. Y Silicon Valley es el epicentro.
Si, epicentro, porque ese cambio adopta, la forma de un tsunami digital. Un tsunami que es tan lento como silencioso, tan sutil como profundo, tan imprevisto como anunciado. Pero tsunami al fin y al cabo. Y como buen tsunami, todo lo mueve y todo lo cambia. En un primer momento, provoca destrucción y kaos y arrasa con todo lo “pre-digital”. Luego, en su retirada, deja ruinas y terreno yelmo, dando pie al inicio de la reconstrucción, ya con la etiqueta de los “post-digital”.
Saber que la mayoría de las veces el epicentro está en Silicon Valley es una ayuda. Pero mayor ayuda es entender sus características. O al menos, intentarlo. Porque si lo conseguimos, aumentarán nuestras opciones a la hora de anticipar las áreas de máxima destrucción y podremos empezar a planificar, con creatividad, las estrategias de reconstrucción.
Efecto #1. Ola digital
Quizás lo más llamativo del tsunami digital con epicentro en ‘el juego’ es que se manifiesta ola a ola. Y como las olas, golpean una y otra vez, de manera rítmica, sin posibilidades de pausa. Cada empresa, cada innovación, cada jugada es como una ola. Se acerca, deja su marca y se aleja. Pero con una peculiaridad. Cada ola llega un poco más lejos. Su impacto siempre es de manera acumulativa.
Pero qué mejor manera de visualizar lo anterior que utilizar un ejemplo reciente. De repente, nace el iPod. Y con él, llega iTunes. Luego, el iPhone. Nacen las apps. Nace la economía de las apps. Se apuntan Google, Samsung, Nokia y Microsoft. Nace la innovación alrededor de las apps. Y todo cambia, de nuevo, otra vez más.
Efecto #2. Remolino digital
Pero como buen tsunami que es, el tsunami digital presenta remolinos que todo se lo comen. De repente, industrias, empresas, objetos y conceptos que estaban entre nosotros desaparecen. Se esfuman. Lo que tenía sentido y estaba consolidado ya no tiene sentido y se desvanece.
Siguiendo con el ejemplo reciente, piensa en la agenda, el despertador, la cámara de fotos, el walk-man o cualquiera de los muchos objetos que una simple app sustituye. Detrás de cada objeto que se desvanece, antes existió una industria, con sus profesionales – hombre y mujeres formando familias que tenían una vida -, con unos hábitos bien arraigados en todos nosotros que, casi de un día para otro, pierden el sentido y se esfuman.
Efecto #3. Fuerza centrípeta
Y como buen tsunami que es, el tsunami digital se retira y se lo lleva todo consigo. Arrastrando en una única dirección, hacia su centro, todo aquello que antes existió disperso y distribuido. Poniendo en manos de pocos lo que antes estaba en manos de muchos.
Nuestro ejemplo bien lo ilustra. Donde antes existían multitud de empresas de distribución musical, ahora sólo está Apple o Spotify. Donde antes existían multitud de fabricantes de despertadores, de cámaras de fotos o de walk-man, ahora sólo está Apple o Samsung o Nokia. Lo que antes estaba distribuido y disperso, ahora está centralizado y concentrado. Si, claro, algunos nuevos jugadores se atreven y entran en el juego e intentan ofrecer resistencia y disputar nuevas juegas, pero se encuentran con que tienen que luchar contra la fuerza centrípeta del tsunami digital.
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Los efectos del tsunami digital son muchos y muy profundos. Realizar una lista ilustrativa aquí trasciende mis intenciones. Pero existe un libro de Thomas L. Friedman que bien los describe. Su título es “The World Is Flat. A Brief History of the Twenty-first Century”. Aunque publicado en 2005, la mayoría de sus apreciaciones son válidas aún. Por supuesto, otras muchas están obsoletas y anticuadas y requieren de una total omisión. El juego es cada vez más rápido y sus efectos son cada vez más impredecibles e implacables.
Aun así, recomiendo su lectura a todo aquel que necesite ayuda para entender cómo la tecnología ha cambiado o está cambiando nuestra sociedad. Y en especial, lo recomiendo a todo hombre o mujer que decida lanzarse y crecer, desde la tecnología, como empresario emprendedor. Aunque todo esto mejor lo comentamos en un siguiente post.
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