El “Juego de Silicon Valley” para emprendedores (VI): zeitgeist tecnológico
24/04/2012 | carlosgoga | emprender, nuevas tecnologías | No hay comentarios
El camino recorrido nos permite entender aspectos clave de “El Juego de Silicon Valley”: en qué consiste, cuáles son sus reglas básicas, cuáles han sido las últimas jugadas brillantes, cuáles son las estrategias de éxito y cuál ha sido su evolución histórica.
Pero estamos en el 2012 y ayuda identificar los ejes maestros que sustentan el juego en el momento actual. Especialmente si eres hombre o mujer empresario emprendedor, quieres participar en el juego y persigues aumentar tus probabilidades de supervivencia y éxito. Vamos a ello.
Cuatro son los ejes maestros que definen el momento tecnológico actual, o como me gusta denominarlo, el zeitgeist tecnológico actual.
Eje #1. Omnipresencia de la tecnología
Ya podemos afirmar que las tecnologías de la información nos rodean las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Cuando no es el PC, es el teléfono (y en especial, el Smart-phone). Cuando no es el teléfono, es la tablet. Cuando no es la tablet, es la TV (y en especial, la Smart-TV). La tecnología está siempre con nosotros y nosotros estamos siempre con ella. Es una conexión bi-direccional y permanente. Combatirla es aislarse. De alguna manera, el ultra repetido ‘mundo conectado’ también se ha materializado a nivel del individuo. Antes, quizás, se refería al macro-mundo: el mundo de las geografías y las instituciones. Ahora, también, se refiere al micro-mundo: el mundo de las personas y sus relaciones. Por fin, disponemos de tecnología conectada en ‘la silla, el sofá y las zapatillas’ disponen.
Eje #2. La persona en el centro
Como resultado directo de la omnipresencia tecnológica y de la evolución orgánica de internet, hemos llegado a ese nivel tecnológico en que la persona, individualmente, con nombres y apellidos, está en el centro del ecosistema tecnológico. Sea de manera directa (cookies, perfil, CIF, e-mail, swift code, número de tarjeta…), sea de manera indirecta (IMEI, IP, followers, amigos, geoposicionamiento relativo…), la realidad es que la tecnología identifica a la perfección quién es quién en cada momento. El anonimato sólo es posible saliéndose del sistema. Estando dentro, el entorno te identifica. Y punto. Ponle el nombre, los adjetivos y los verbos que quieras, pero esta es la realidad del momento que hemos alcanzado. Nunca, nunca en la historia conocida, nunca el individuo ha tenido tanto potencial de protagonismo. Tampoco, nunca antes en la historia, el individuo ha estado sometido a tanto potencial de control.
Eje #3. Transparencia
De manera paralela, es tanta la información disponible sobre personas e instituciones que hemos traspasado el umbral de la opacidad y entramos de lleno en la zona de transparencia. En estos momentos, la ocultación total o parcial, de manera directa y controlada, resulta casi imposible. La única estrategia es la ocultación desde la sobreinformación o la desinformación. Ejemplos, sean del signo que sean, los hay en todas las facetas de nuestra sociedad. Algunos conceptos básicos sobre los que construimos nuestra vida, como privacidad, intimidad, confidencialidad o anonimato, parecen condenados a desaparecer.
Eje #4. Aceleración exponencial
Por último, somos tantos los que conformamos el universo digital, son tan eficientes nuestros mecanismos de comunicación y es tal la inercia que arrastramos, que cualquier iniciativa tiende a la aceleración exponencial. Las cosas suceden cada vez a mayor velocidad. El éxito o el fracaso se alcanzan en intervalos cada vez más cortos de tiempo. Si, porque es una aceleración que te lleva hacia arriba o te lleva hacia abajo. Lo que hace poco requería años, hoy ocurre en meses o en semanas. La velocidad es un factor de muy difícil gestión. Mantener la dirección es el reto principal. Es como si el acelerador y el freno no lo controlásemos nosotros y el coche estuviese programado para acelerar o frenar exponencialmente. Nosotros, a lo sumo, mantenemos el volante en nuestras manos.
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Los ejes anteriores no son, per sé, ni buenos ni malos. No hay porqué juzgarlos o evaluarlos. Son los que son. Con sus peligros y con sus oportunidades. A aquellos que vivimos en 2012 nos toca este zeitgeist tecnológico.
Lo que es cierto, y cada vez más, es que cualquier empresario emprendedor que ambicione el éxito y el reconocimiento, que ambicione el verdadero impacto social, tiene que hacerlos suyos e interiorizarlos como ejes maestros de actuación. Y ojo, no sólo desde el punto de vista de producto o servicio. Sino también, adicionalmente, desde el punto de vista personal, profesional y empresarial.
Y ésta es una ayuda de la buena si, como hombre empresario emprendedor o mujer empresaria emprendedora, quieres participar en el juego con probabilidades de supervivencia y éxito.
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