Tres razones íntimas para decidir emprender
17/01/2013 | carlosgoga | emprender | No hay comentarios
Emprender, o iniciar una iniciativa empresarial por tu cuenta y riesgo, es un asunto muy delicado en los tiempos que corren. Antes de lanzarte a emprender, mejor darle unas cuantas vueltas al asunto. Pero no las vueltas habituales, sino muchas más. El sentido común más básico recomienda NO emprender en estos momentos tan difíciles (aquí, en un post anterior, te explico mis razones). Pero siendo un empresario emprendedor como soy y llevando casi diez años en esto, escondería mi verdad sino compartiese también las razones íntimas que me llevan a emprender una y otra vez, con indiferencia a lo que acontece a mi alrededor. Aunque son más de las que presento, sigo con mi tradición y te destaco tres, elijo las tres razones íntimas que considero mi motor incombustible y te las ofrezco a modo de consejos susurrados.
1. Toma las riendas de tu propia vida y experimenta la libertad responsable
Emprender con sentido íntimo significa ser el líder de tu propia vida. Si hay un atributo que siento con profundidad cuando pienso en emprender, ese atributo es libertad. Pero ojo, hablo de esa libertad repleta de responsabilidad. La libertad de hacer lo que quieres, pero haciendo mucho. La libertad de trabajar cuando quieres, pero trabajando mucho. La libertad de arriesgar cuanto quieres, pero arriesgando mucho. La libertad de gastar cuando quieres, pero gastando poco. No es una libertad que te lleva de vacaciones, que te permite levantarte a las 10 o que te otorga carta blanca para gastar y comprar sin ton ni son. No, no es ese tipo de libertad. Es una libertad responsable, comprometida, que incluye decir muchas veces ‘si’ y muchas veces ‘no’, pero desde la fuerza y la serenidad de que será tu ‘si’ o tu ‘no’.
2. Entrégate a aquello que realmente te apasiona desde el servicio a los demás
Emprender con sentido íntimo exige entregarte a una actividad que realmente te apasiona y que descansa sobre el servicio a los demás. Y no hablo de elegir una actividad determinada porque coincide con lo que estudiaste. Ni hablo tampoco de elegir una actividad en concreto porque es ahí donde empezaste laboralmente y conoces el sector. No, no hablo de eso. Hablo de elegir aquello que realmente te apasiona, aquello que te hace salir de un salto de la cama por las mañanas, aquello de lo que estarías soñando y hablando y fantaseando horas tras horas sin cansarte. Es posible, porque a mi me pasó, que no te hayas permitido ni tan sólo acercarte a aquello que realmente te apasiona. Si es así, da igual. Tu primer paso a la hora de emprender es encontrar qué es aquello que te apasiona, aquello por lo que estás dispuesto a arriesgarlo todo. Y si hace falta, retírate al monte, haz el camino de Santiago o entrégate a la introspección hasta que lo encuentres. Aquella actividad que elijas para emprender debe ser claramente, al menos para ti, ese sueño íntimo con el que te comprometes para convertirlo en tu intención de vida. Esa manera fácil de hacer de nuestro mundo un lugar más entrañable y mejor. Y cuando la hayas encontrado, busca la manera más sencilla y directa de desarrollar esa actividad desde el ofrecimiento al otro, desde el servicio a los demás. Y cuando digo a los demás, no pienses en seres anónimos que viven lejos de ti, sino piensa en aquellos que te rodean y en la sociedad en la que vives. Porque haciéndolo así, potenciarás tu pasión con algo aún más potente: la satisfacción natural, la alegría espontánea que todos experimentamos cuando servimos con sinceridad y con éxito a los que tenemos cerca.
3. Ábrete a una de las mayores aventuras de la vida… y disfruta cada paso
Emprender con sentido íntimo representa abrirte a un viaje de vida como pocos que conozcas. Por mucho que te cuenten o por mucho que leas, te aseguro que no eres capaz de anticipar las mil y una pequeñas aventuras, con sus correspondientes sensaciones íntimas, que te esperan a la vuelta de la esquina, día tras día. Cada situación desconocida, cada problema manifestado, cada relación empezada será una oportunidad para disfrutar de lo nuevo, aprender y desarrollar otra habilidad más. Cada paso que des, sobretodo cuando sea un paso firme, se transmutará en un paso íntimo de crecimiento personal y profesional. Y aunque al principio te cueste sentirlo, pronto desarrollarás la satisfacción y el disfrute de quien vivencia el avance y el crecimiento, de quienes viven en la pasión y se sienten un poco más cerca de sus sueños, aunque éstos aún no asomen por el horizonte.
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Son muchas las razones de sentido común para NO emprender, pero más fuertes son las razones íntimas que nos llevan a muchos, a mi en particular, a seguir emprendiendo. De entre todas, elijo tres: vivir una libertad responsable y comprometida; servir a los demás mientras me entrego a lo que más me apasiona; y disfrutar de la aventura de vivir en toda su plenitud.
PD: Si tienes curiosidad y quieres seguir leyendo, en este post más antiguo también hablo de la conveniencia de una visión empresarial directa, atrevida e íntima.
Etiquetas: crisis, emprendedor, empresario, oportunidad