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Blog de Carlos Goga

DANA Valencia: “Mai és tard per fer-ho millor” [Nunca es tarde para hacerlo mejor]

05/11/2024 | | Sin categoría | 1 Comentario

Tras 8 largas horas en mi cuarto día entre el fango, os comparto mi frustración de una manera creativa (y ojalá que también constructiva) reflexionando sobre lo que he testimoniado que no funciona y ofreciendo voces sobre qué hacer para que funcione mejor lo que aún no funciona.

  1. Rol militar: En situaciones de emergencia como la DANA, esperaría que las fuerzas armadas desplieguen toda su capacidad operativa y toda su disciplina militar. Sin embargo, su actuación parece limitada a roles que no aprovechan su entrenamiento especializado ni su maquinaria y vehículos pesados. En lugar de participar en la apertura de vías y la coordinación de esfuerzos logísticos, los vemos realizando tareas básicas de limpieza. Una sección de 20 o un batallón de 100 militares disciplinados, con sus vehículos y maquinaria militar, declarando objetivos con megafonía, abriendo vías logísticas en las poblaciones y despejando calles totalmente bloqueadas por escombros y coches, facilitaría que intervengan posteriormente los servicios de limpieza y asistencia. Digo yo si no sería mucho más prudente y aconsejable utilizar las unidades militares para liderar las grandes intervenciones, creando así el espacio adecuado para que sociedad civil y voluntarios apoyen en actividades menos especializadas.
  2. Uso de recursos profesionales y maquinaria pesada: Es incomprensible que en el siglo XXI sigamos dependiendo de esfuerzos manuales para responder a desastres naturales. La disponibilidad de maquinaria pesada y tecnología avanzada podría transformar radicalmente la eficiencia de las operaciones de desescombro y limpieza, que actualmente se realizan a base de palas, cubos y escobas. Cien personas equipadas con las herramientas adecuadas pueden lograr mucho más que miles de voluntarios desorganizados. Es prioritario movilizar recursos profesionales que puedan gestionar de manera mucho más efectiva y rápida toda la reconstrucción que ha destruido la DANA.
  3. Medios de comunicación: Los medios de comunicación locales y autonómicos siguen tratando la crisis de la DANA más como un espectáculo que como una emergencia real que requiere una acción coordinada y en la que tienen un rol fundamental. Durante eventos como las Fallas, su capacidad para actualizar y coordinar la información es notable. Esta misma eficiencia podría aplicarse para dirigir esfuerzos durante emergencias donde no hay luz ni telecomunicaciones y proporcionar especiales (también en papel, con sus mapas callejeros) informando a los ciudadanos sobre puntos críticos, necesidades urgentes y coordinación de voluntarios. Es esencial que los medios asuman un papel proactivo, proporcionando no solo cobertura, sino también facilitando una plataforma para la gestión eficiente de la crisis.
  4. Autoridades municipales: La respuesta de las autoridades locales parece desorganizada y reactiva, lo cual agrava la situación en lugar de aliviarla. La implementación de una logística similar a la que se utiliza en grandes festivales y eventos públicos sería muy beneficiosa para gestionar separadamente los tráficos de vehículos y personas, así como los desescombros y los miles de toneladas de fango. Por ejemplo, grandes paneles informativos y el establecimiento de zonas específicas para la recolección de donaciones, puntos de información bien señalizados para voluntarios, áreas designadas y separadas para maquinaria pesada y para parking de vehículos, incluso zonas de acampada y urinarios públicos, todo esto facilitaría enormemente la coordinación de la respuesta y ayudaría a evitar el congestionamiento y el caos.
  5. Compromiso de las comunidades vecinas: Una dimensión crucial es la respuesta de las comunidades y autoridades vecinas no afectadas directamente por la DANA, como Valencia, Alzira, Cullera y Sueca. Estas poblaciones, aunque afortunadamente se libraron del impacto directo, parecen haber retomado sus rutinas diarias sin reconocer plenamente la gravedad de la situación a escasos kilómetros de distancia. A pesar de gozar de la cercanía en sus puntos de origen y de tener enormes recursos disponibles, tanto públicos como privados, tanto humanos como mecánicos, su movilización se echa de menos. Es imperativo hacer un llamamiento a la solidaridad comarcal y regional dónde las poblaciones no afectadas sean proactivas en la asistencia incondicional a sus vecinos en estos tiempos de crisis.

Reflexiones desde el terreno

Ya son cuatro días en el barro y muchas las escenas y conversaciones que subrayan el caos y la descoordinación que aún prevalecen una semana después del desastre. A continuación, varias anécdotas sencillas que ilustran vívidamente los desafíos actuales de hoy en Algemesí, ofreciendo quizás una perspectiva más humana y directa de la crisis:

  • Juventud y desorientación: Una joven de entre 18 y 20 años luchaba por mover fango de un lado a otro de la calle. Con esfuerzo, intentaba apilarlo, solo para verlo desmoronarse y tener que empezar de nuevo, utilizando una pala que parecía superar sus fuerzas. Mientras tanto, un joven militar, físicamente preparado y aparentemente capaz, deambulaba sin rumbo con dos bolsas de plástico en las manos, sin intervenir ni ofrecer ayuda.
  • Desamparo en la tercera edad: Una situación particularmente impactante ha sido con una mujer de 83 años, vestida con chaqueta roja de día festivo, con su carrito de la compra, parada en la acera en estado de shock, frente a una charca de barro. Era la primera vez que salía a la calle desde el desastre, buscando algo tan básico como agua y leche. Incapaz de decidir qué hacer a continuación, observaba impotente cómo grupos de jóvenes con cubos y escobas pasaban por su lado sin siquiera prestar atención a su situación.
  • Descoordinación civil-militar: La desconexión entre las fuerzas de ayuda y la realidad en las calles quedó patente cuando una caravana de cinco coches blancos, impecables y con matrícula oficial, llenos de militares, cruzó el centro de la población al mediodía. Los vehículos, claramente perdidos y desubicados, reclamaban paso en un cruce donde una pala mecánica, rodeada de voluntarios, trabajaba retirando fango y enseres domésticos. Esta escena simbolizaba la falta de coordinación entre las fuerzas asignadas para gestionar la crisis y las necesidades reales en el terreno.
  • Descoordinación de respuesta: Un detalle revelador fue la actitud de la policía hacia los voluntarios que llegaban para ayudar. La única indicación que muchos recibimos fue un tajante «No puede entrar y tiene que aparcar allí fuera, en la carretera», lo que resultó en cientos de nosotros, voluntarios cargados con palas, cubos y escobas deambulando durante más de 30 minutos por las calles sin rumbo fijo, buscando alguna manera de contribuir. Esta falta de dirección e indicaciones no solo resulta frustrante para aquellos dispuestos a ayudar, sino que también evidencia una grave falta de planificación y coordinación siete días después mientras calles, hogares y empresas siguen nadando en el barro.
  • Confusión mediática: Es irónico notar cómo, en sus esfuerzos por cubrir el evento, los medios de comunicación reportan «69 poblaciones afectadas», colocando en sus listas y mapas interactivos a Cullera (desde donde escribo) al mismo nivel que L’Alcudia y Algemesí. Lo curioso de esta representación es en Cullera tuvimos una tormenta pero el río no se desbordó y no hay ni una gota de barro en las calles, mientras que L’Alcudia y Algemesí sufrieron un tsunami de interior devastador, con olas de entre uno y dos metros de barro recorriendo sus calles y arrastrando y destruyéndolo todo a su paso. Esta simplificación y generalización en la cobertura distorsiona la percepción de la catástrofe, y diluye la urgencia de la respuesta necesaria en las áreas verdaderamente devastadas.

Estas experiencias me hablan de la posibilidad de hacerlo más fácil y mejor, de manera más efectiva y con una dirección que no solo aborde las emergencias sino que lo haga con la seriedad, la eficiencia y garantizando que todos los recursos disponibles, especialmente los humanos, sean utilizados de manera óptima para realmente aliviar el sufrimiento de aquellos afectados y ofrecerles nuestra ayuda con tanta calidez y generosidad como contundencia y resultados.

Un comentario

DANA Valencia: modernizando la respuesta a crisis con tecnologías del siglo XXI « Sin Categoría « Blog de Carlos Goga  on noviembre 8th, 2024

[…] aprender rápidamente de la diferentes emergencias y adaptarnos. Ha llegado el momento de hacer las cosas no solo mejor, sino bien; de desplegar toda nuestra capacidad tecnológica y […]

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