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Blog de Carlos Goga

OuiShare Fest BCN 2015 en tres palabras: magia, esperanza y gratitud

23/11/2015 | | cambio, economía colaborativa, experiencias, otra economía | 1 Comentario

La vida me ha sonreído muy gratamente de nuevo. Durante los últimos 5 días, he estado en nuestra querida Barcelona participando en el OuiShare Fest Barcelona 2015. Aunque ofrecí una meditación a los presentes, no es ese el contenido de este post. De esto hablo brevemente aquí.

Ahora quiero reflexionar, en abierto, sobre la intensidad y la belleza de todo lo vivido. Para tener reservadas palabras a las que acudir si me flaquean las fuerzas en algún momento de soledad y recordarme, desde la experiencia vivida, que no estoy sólo, que somos muchos, muchos, muchos los hombres y mujeres que nos ocupamos, desde el trabajo y la celebración, en construir ese cambio económico y social que tanto anhelo y que algunos bien conocéis porque he soñado con él y he ofrecido mi sueño a través de mi novela #lovetopía. El nuevo mundo que llevamos en nuestro corazón.

Cierro los ojos y recuerdo con plenitud que hemos sido casi 400 personas, mujeres y hombres, jóvenes y maduros, de todas las profesiones, ciertamente altos y bajos, con colores de piel bien diferentes, con acentos bien marcados… y llegados de casi todos los rincones de España, también de Francia, de Alemania, de USA, de Italia, de Brasil, de Nicaragua, de Argentina… ¡qué encuentro de gentes más bello!

Cierro los ojos y revivo las sonrisas fáciles; el corretear de algunos y algunas y sus caras de cansancio del vivir intenso; los abrazos abiertos por el re-encuentro con aquél buen amigo o amiga, esa persona tan especial que no imaginé encontrar, o que incluso sabiendo que iba a encontrar, olvidé por momentos que el lugar y al fecha habían llegado.

Cierro los ojos y respiro las nuevas amistades; las primeras palabras de conversaciones que evolucionaron íntimas, de compartir fácil y espontáneo; esos ojos nuevos que te reconocen por primera vez y que te sonríen con una gratitud sincera, abiertos, anhelando más, diciendo «te veo»; y permitiéndome responder también con la mirada un «yo también te veo».

Cierro los ojos y escucho de nuevo las palabras que inundaban las conversaciones, las mesas redondas y las ponencias; las voces que sin ser mías hacía y sentía mías; las expresiones de ilusión por el camino recorrido; los comentarios esperanzados ante las resistencias encontradas; las expresiones directas que, desde el respeto y la responsabilidad, han señalado los retos y los peligros que aún nos depara el camino.

Cierro los ojos y abrazo esta sonrisa interior mía, esa que quizás de momento aún no sé compartir, pero que brota sutil y fuerte al resentir la plenitud que me produce ser testigo de excepción del encuentro, el gran encuentro, de representantes de la economía colaborativa, la economía del bien común, la economía social y solidaria, la economía circular y verde, la economía directa y la economía digital; y sonrío más si cabe ante mi fácil anticipar de que ésta es sólo la primera de muchas conversaciones entre ellos, entre nosotros, entre todos, conversaciones que ya tienen una plaza fija bautizada como Global Hub, un lugar donde aunar voces, aullidos y alaridos que hablen de una economía de lo nuevo y que se escuchen más y mejor; y casi muero de tanto sonreir, mientras siento como vibra mi corazón, al reconocer que todas ellas juntas caminan con firmeza hacia #lovetopía, esa economía lovetopiana tan mía como de todos que me gusta llamar la «economía del corazón».

Cierro los ojos y me llegan ecos de música, de la guitarra que acompaña la voz, de la capela que tanto sorprende, de los ritmos que hacen que el cuerpo se mueva sólo y se mueva fácil, del murmullo abierto que recuerda que hay vida alrededor y no estamos sólos.

Cierro los ojos y recibo fácil la resaca de tanta generosidad; la casa y los abrazos que sin conocerme me acojen y me cuidan; los termos siempre llenos con café del «mejor sin azúcar» y las cajas de fruta sana y ecológica; la ilusión por compartir amistades de infancia; los diferentes food-trucks con su creatividad y su buen hacer; las cervezas de final de la tarde.

Cierro los ojos y respiro mi propia evolución de ser, tan evidente como bien dramatizada, mi propio recorrido vital encerrado en cinco días de pequeñas metáforas, situaciones y conversaciones guionizados para mi; esos contrastes tan evidentes que el camino de vivir permite cuando aceptamos que es un camino ancho y largo y que sólo alcanzamos a saborear cuando miramos hacia atrás.

Cierro los ojos y se me escapa la carcajada al revivir cómo aquél joven e ingenuo directivo que fue se ha transformado en el hombre de hoy, abierto a ofrecer y recibir abrazos, dispuesto a jugar a los castellers y a aceptar los roles y las formas del momento, conversador abierto del amor y de las razones del corazón, siempre al servicio de las necesidades más personales e íntimas de las personas que anhelan reconectar cabeza y corazón.

Cierro los ojos y descanso recordando que habrá más, que pronto nos volveremos a ver, que lo que hemos vivido es simplemente una primera semilla que ya ha echado raíz y que nos ofrece su primer crecimiento desde el mismo inicio y que ya promete fuertes hojas y hermosas flores. Y que algunas flores ya tienen color de ULU, olor de The Art of Co y sabor de El Convento.

Y abro los ojos, y respiro, respiro y respiro otra vez, ahora con una respiración profunda y pausada, y compruebo que si, que todo esto ha ocurrido, que tengo tarjetas, y fotos y folletos, que los contactos brotan en el email, en whatsapp, en facebook, en twitter y en linkedin, que no ha sido un sueño y que, sorpresas de una vida mágica, he tenido la fortuna de disfrutar del OuiShare Fest y de los hombres y mujeres que allí nos hemos reunido; y que mi corazón no duda en que esto también lo reconozco #lovetopía, ese hogar de amor y humanidad que he pedido humildemente al universo, a cuyo servicio me he entregado y que, poco a poco, se está desplegando en esta tierra nuestra.

Y ahora, con los ojos bien abiertos y las plantas de los pies bien enraizadas, dejo que la carcajada más salvaje se apodere de mi al reconocer, sin más, que todo esto ha sido con motivo…. jajaja…. jajaja…. con motivo…. jajaja… de un evento… jajaja…. de un evento de economía…precisamente de economía ¡Qué bueno, por Dios! ¡Qué grande es la vida! Qué hermoso prototipo de la magia, la esperanza y el amor que nos espera. ¡Cuánta fuerza y cuánta luz nos acompaña! Si todo esto es lo que ha ocurrido en un evento sobre economía… jajaja… jajaja… ¿nos imaginamos de lo que seremos capaces todos y todas juntos cuando decidamos algo más divertido y terrenal? jajaja… Creo que por primera vez en la vida me encanta ser E-C-O-N-O-M-I-S-T-A… si, eso es lo que tanta gracias me hace… jajaja…. ¡Lo reconozco! ¡Qué grande es la vida!

Y ahora, recompuesto ante este pequeño climax, recupero la serenidad y abro mi corazón, así, bien abierto, y dejo que empiece a latir fuerte, tan fuerte como internet lo permita, latidos con plenitud de gozo, rebosantes de agradecimiento y amor por todas y todos los que habéis hecho realidad el OuiShare Fest. Gracias por habernos ofrecido vuestro tiempo, vuestras capacidades personales y profesionales, vuestros enfados y vuestras risas, vuestros sueños y vuestros desvelos. Gracias por habernos ofrecido lo mejor de vosotros y de vosotras, ese amor tan puro y bello que lleváis dentro, no hay duda. Gracias. Y que si, que sí, que lo habéis conseguido, que habéis conseguido hacer realidad el OuiShare Fest, que a mi me habéis permitido sentirme en casa, entre los míos, y que la grandeza de vuestro trabajo perdudará por siempre entre nosotros, los que hemos tenido la fortuna de estar y también entro todos los demás. Gracias en abierto, al TODO en mayúsculas que sois, sin nombres, pero bien dirigidos, latido a latido, para que cada cuál encontréis ese latido que es para ti y sólo para ti. Sé que llegará. A cada uno. A todos y a todas. ¡Gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias <3 gracias… y el latido sigue y sigue y sigue!

¡Qué grandes somos! Jajaja…jajaja… Ahora tengo la carcajada fácil. Nos vemos pronto, nos vemos siempre 😉

PD: Si no estuviste y quieres ponerle imágenes al OuiShare Fest, te invito a hacer clic aquí y ver algunas fotos.

Etiquetas: amar, cambio, corazón, empresario, innovación

Un comentario

Isabel  on noviembre 26th, 2015

Creo que coincidimos en que es una experiencia para recordar 🙂

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