¿Dónde está la magia en un taller de sexualidad sagrada y consciente?

18/08/2019 | carlosgoga | bliss-u, educación, sexualidad | 2 Comentarios

Son ya muchos los talleres que he compartido con Carmen y Michel, tantos como caben en diez años (¡si, diez años juntos, todos seguidos, uno detrás de otro, ni más ni menos!), y de ellos, con ellos (¡de vosotros, con vosotros!) he aprendido todo lo que no sabía que se podía aprender.

Pero ahora lo sé. He cambiado mucho. Los primeros años no era capaz de observar de la manera que hoy en día sé observar. Además, ahora disfruto de palabras nuevas que describen lo que antes sentía pero que no sabía reconocer, o no sabía ver, y que recibía tan difuso como confuso.

Estas que siguen son mis mejores palabras para describir “la magia” de Carmen y Michel, aquello que no se ve con facilidad pero que todos sentimos y recibimos con intensidad cristalina en el momento que estamos con ellos (¡con vosotros!) y especialmente, en los talleres de sexualidad sagrada y consciente. Así es como entiendo “la magia” que nos inunda, magia muy presente en la manera en que se ofrecen a la relación con el otro, generando «esa energía extraordinaria y acogedora» que permite que lo cerrado se abra y lo impensable suceda.

• Una comunicación basada en el “no-juicio”, en la aceptación de cada una de las personas participantes en su integridad de ser, abrazando sus historias, sus situaciones y sus limitaciones según están, como unas experiencias de ser diferentes, sin más, evitando que el juicio aparezca y que los calificativos habituales del “bueno y malo” entren en escena e impongan o bloqueen una conducta o un sentir.
• Un acercamiento emocional desde la “compasión” espontánea, donde se conjugan con facilidad “empatía” (sé lo que sientes y yo lo estoy sintiendo contigo), una “distancia madura” (estoy suficientemente cerca como para sentir contigo y lo suficientemente lejos como para reconocer qué es de cada cuál y evitar cualquier confusión o contagio emocional) y una determinación férrea de “servir”, de ponerme a tu servicio para ayudarte, da igual donde esté cada cual, con la intención de que sientas mejor, que veas más y entiendas más amplio, facilitando así un estado de ser diferente, nuevo, desde el que avanzar diferente, cambiar y crecer.
• Una “aceptación incondicional” del cuerpo, de los cuerpos, ofreciendo una mirada profunda e inocente que lo abarca todo (la integridad y el detalle, la normalidad y la diferencia, lo luminoso y lo sombrío, lo joven y lo viejo, lo sano y lo enfermo), identificando y exaltando la belleza y la fuerza allí donde esté, rompiendo tabúes y colocando “normalidad” en su lugar, todo ello identificando hábitos y prácticas que construyan una mejor salud entendida como bienestar y buen sentir.
• Una “atención plena”, generosa y mantenida, situación tras situación, persona tras persona, siempre presentes en el aquí y en el ahora, donde la distracción no tiene lugar y la relación siempre se recibe como bienvenida y acertada.
• Una “intención amorosa” que lo contiene todo, que se percibe tan fuerte como cómoda y acogedora, que busca entender más y mejor para poder cuidar y favorecer el crecimiento, que anima a hacer y sentir diferente desde el respeto por lo que ya somos y desde la responsabilidad por lo que podemos llegar a ser.
• Una “coherencia individual y como pareja” que se manifiesta 360º, en todo lo que hacen y allí donde están, confirmando y compactando lo que se ve y desterrando cualquier atisbo de miedos o de segundas intenciones.
• Una presencia colectiva que rebosa de “seguridad psicológica”, de ese sentir que se esparce entro todos y cada uno de los presentes y que dice “estás aquí, te veo y eres bienvenido, importa tu presencia e importa tu voz, siempre bienvenido, siempre agradecidos”.

Quizás sorprenda la facilidad de mis palabras, pero lo siento con tanta espontaneidad porque es lo que de ellos (¡de vosotros!) he recibido y aprendido, lo que he sido capaz de reconocer y entender para después convertirlo en mi práctica diaria.

Gracias maga Carmen, gracias mago Michel, millones de gracias y de amores por vuestra “magia”. Os quiero.

PD: Para saber mejor del trabajo de Carmen y Michel, aquí su página en castellano y aquí su página en francés.

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