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Blog de Carlos Goga

Espanya y Cataluña, Catalunya y España ¿Confrontación o diálogo? Empezamos

18/10/2017 | | cambio, crisis, experiencias | No hay comentarios

Acabo de regresar de San Francisco, California. Me fue el pasado jueves, 28 de septiembre y regresé hace unos días, el pasado sábado, 14 de octubre. Escrito así, sin más, hasta a mí me surge un ¿y qué? espontáneo y desinteresado.

Lo que me trae a esta reflexión es que en medio de ambas fechas está el ya famoso 1-O, el día en que las relaciones entre España y Cataluña se empañaron con sangre inocente. ¿Suena tan duro leerlo como escribirlo? ¿Lo repetimos? Las relaciones (…) se empañaron con sangre inocente. Porque reconozco que escribirlo me resulta difícil, duro, triste. Incluso, esta noche me lo permito, le pongo transparencia a mi sentir y lo completo con un «difícil, duro y triste de cojones».

De mi estancia en San Francisco puedo ofrecer la siguiente experiencia:

  • las noticias me llegaban de manera condensadas, más resumidas, más sencillas de entender por la ausencia de ruido mediático;
  • todas y cada una de las personas con las que interactué, cuando dije que venía de España, se permitieron un segundo de pausa para después, con atención, interesarse por la gravedad de la situación que estábamos atravesando [por si ayuda, quizás haya tenido interacciones de calidad sobre este asunto con más de 50 personas de múltiples países];
  • las redes sociales, especialmente facebook y whatsapp, se convirtieron en un hervidero de comentarios, opiniones y descalificaciones  irrespetuosas, en nada útiles, abundante en prejuicios, de mal gusto y ofensivos (no porque me ofendiesen, sino porque buscaban la ofensa).

Esta conjunción de sencillez, interés y despropósito colectivo dejó en mi un entender sencillo, descriptivo, sobre lo que pasó el 1-O:

«Un gobierno democrático utiliza medios violentos para impedir que la gente pueda votar»

Hace un rato me he tropezado con este vídeo en Facebook. Lo compartía un buen amigo catalán. Creo que merece los minutos que dura para sentir, simple y llanamento, cómo se encoje el corazón. El tuyo. Me refiero a que intentes sentir como se encoge tu corazón. No le pongamos razones al vídeo. Quedémonos sólo en el sentir, en lo que transmiten las imágenes y, desde un corazón sensible y abierto, te pido que sigamos reflexionando sobre qué nos está pasando.

Casualmente, el vídeo ofrece un entender muy similar, casi idéntico, a aquel que caló en mí estando en San Francisco. No, no lo he escrito yo. Pero podía haberlo hecho. ¿Y sabes qué? De haberlo escrito yo, hubiese obviado cualquier referencia a España o a Cataluña. O haciendo permanentemente la referencia a España y los españoles (porque los catalanes son españoles hasta que se diga lo contrario). Porque el vídeo es perfectamente válido sin referencia alguna a nacionalidades o geografías. Inténtalo. Míralo con este nuevo punto de vista. Funciona, sin duda. El  vídeo habla de un gobierno que utiliza medios violentos para impedir que la gente pueda votar. Claro que sé que esta afirmación mía (y el vídeo) la podemos completar, matizar y contextualizar de mil maneras. Pero seguirá siendo cierta.

Reconozco que parte de este sentir mío surge porque este gobierno ha realizado esto mismo varias veces y, cosas del vivir, lo he presenciado en primera persona, con una frustración y una indignación equivalentes a la que ahora muestran muchos hombres y mujeres de Cataluña. ¿Recordáis el 15-M? ¿Quizás también aquel 25S, Rodea el congreso? En aquel momento, la afirmación que funcionó fue «Un gobierno democrático utiliza medios violentos para impedir que la gente pueda manifestarse». Bien podemos entender ambas situaciones, desgraciadamente, como episodios preliminares de esta nueva situación que nos tocar vivir ahora.

Pero regresemos a mi afirmación original, «Un gobierno democrático utiliza medios violentos para impedir que la gente pueda votar», porque considero que podemos profundizar y aprender con ella ¿Vamos? Te pido que juegues conmigo un ratín, que te pongas a mi lado mientras juego con las palabras, sólo para ver dónde podemos llegar:

  • Opción A.- matizamos el sujeto «Un gobierno democrático…» y lo vestimos con añadidos del tipo: «Un gobierno (que se hace pasar por) democrático (con un record de casos de corrupción y de políticos encarcelados, capaz de regalar miles de millones de euros a los bancos….)» y bla bla bla. [Me encantaría poner otros ejemplos, ofrecer otro punto de vista, pero todo me nace en negativo descalificativo; no tengo imaginación para exhaltar las grandezas de este gobierno].
  • Opción B.- matizamos la acción «… utiliza medios violentos para impedir…» y, en un intento de justificar el uso de la violencia desde la autoridad judicial, la vestimos así («… utiliza medios violentos, por orden judicial, para impedir…»); o podemos vestirla con otros razonamientos como la autodefensa («… utiliza medios violentos, en respuesta a las agresiones recibidas, para impedir…»); o la disciplina castrense («… utiliza medios violentos, en una excelente jerarquía de mando, para impedir…»)… vestir, vestir, vemos que podemos vestir la acción de tantas maneras como nuestra imaginación pueda, incluyendo la afiliación corporativa o histórica a uno de los cuerpos que forman las seguridad del estado, el mal menor…  O, porque no, podemos matizar la acción para descalificarla desde el sentido común «…utiliza medios violentos (propios de una dictadura) para impedir…» o dese los derechos humanos «…utiliza medios violentos (infringiendo los derechos humanos más básicos) para impedir…»
  • Opción C.- matizamos el objeto «… que la gente pueda votar» y metemos aquí dentro la ilegalidad, irregularidad u lo que sea que queramos matizando tipo «… que la gente pueda votar (en un referendum ilegalmente convocado sobre la independencia de Cataluña)» o, en dirección contraria, con vestidos del tipo  «… que la gente pueda votar (en un referendum sucesivas veces reclamado a un gobierno incapaz de escuchar)».

Podríamos jugar más y  construir muchos, muchos ejemplos. Pero no es esto lo que me interesa. Me interesa destacar que, si leemos con tranquilidad, vemos que podemos reflexionar sobre A, B y C de manera independiente. También vemos que A, B y C ofrecen puntos de vista muy diferentes. También, claro, podemos cuestionar A, B y C. Igual que podemos buscar tener razón porque impongo que una versión mía de A es más importante que tu B y tu C; o que mi versión de B es más imporante que todas las A y C juntas; o que la invalidez de tu C es suficiente para imponer mi B y legitimar mi A; o que la falta de legitimidad de tu A es suficiente para validar mi C y rechazar tu B.

Jugar así puede resultar interesante, incluso curioso. Pero jugar sólo así, desde las partes y no desde el todo, utilizando permanentemente «mi» y «tu» es un juego hiper peligroso. Peligroso porque mirando sólo una de las partes y uno de los puntos de vista, aquel con el que me siento cómodo, o con el que me identifico de manera espontánea, el que me mantiene en mi zona de comfort, el que hace que sea aceptado en mis círculos cotidianos, el que escribe-tu-lo-que-te-apetezca-para-legitimar-que-solo-miras-tu-parte-y-tu-punto-de-vista, si sólo miramos una de las partes/puntodevista, lo que tenemos es la estructura perfecta para construir nuevos fundamentalismos y radicalismos enfrentados. Y donde hay fundamentalismos y radicalismos enfrentados, duro es decirlo, aunque también creo que es de prudentes admitirlo, siempre hay CONFRONTACIÓN.

Y al menos yo, y espero que decenas de millones como yo, decimos un NO bien contundente a más «confrontación» en la relación entre los gobiernos de España y de Cataluña. Y decimos un NO rotundo, absoluto, a cualquier idea vaga de «confrontación» entre las poblaciones de España y de Cataluña.

Así que para evitar una mayor confrontaciòn y retroceder en la tensión actual tenemos que elegir el camino inverso, el camino que evita los fundamentalismos y los radicalismos; y ese camino, el que evita fundamentalismos y radicalismos, es el camino del DIALOGO, un diálogo abierto que abraza el todo y que renuncia a jugar sólo con la parte y el punto de vista que más interesa a cada lado.

Porque si importante es hacer una lectura abierta e inclusiva del momento actual, ese «¿Dónde estamos?» punto de partida de cualquier diálogo, más importante si cabe es hacer una declaración ABIERTA E INCLUSIVA del objetivo, ese «¿Dónde vamos?» que se persigue con todo DIALOGO.

¿Fácil o difícil? ¿Te lo estás pensando? Pues, por favor, piensa bien, porque necesitamos concluir con un «fácil», porque decir «difícil» es elegir el camino de la CONFRONTACIÓN. Y no sé tú, pero yo no tengo la menor intención de permitir que esta situación desemboque en esa guerra civil que, según algunos, nos toca atravesar a cada generación de españoles (mi generación o la generación de nuestros hijos).

Tres cosas necesitamos y tres cosas pido:

  1. practicar nosotros mismos el camino del DIÁLOGO que incluye el todo, abriéndonos a escuchar aquellos puntos de vista que nos resultan incómodos y que nos llegan irracionales, pero escuchando para entender los puntos de vista de quien piensa diferente y no para encontrar los huecos en los que imponer nuestro propios puntos de vista; es importante practicar nosotros para evitar que la CONFRONTACIÓN se instale en nuestros hogares y círculos de relaciones;
  2. elegir NUEVOS REPRESENTANTES POLÍTICOS que sepan dialogar, y esto empieza por despedir, mandar a casa, pegar una patada en el culo… a todos aquellos que han demostrando repetidas veces, una y otra vez, que son incapaces de dialogar, me da igual  se llaman Rajoy o Puigdemont;
  3. aceptar la situación de cambio y abrirnos a una próxima REALIDAD DIFERENTE, un futuro próximo – la situación resultante del diálogo – que será NUEVO, sin duda alguna, muy diferente del pasado o del presente que conocemos, o de aquel futuro que alguna vez imaginamos y que ya no será.

Casualmente, y ahora sonrío por la coincidencia, mi viaje a USA ha sido para participar en una formación ofrecida por SIYLI donde hemos jugado repetidas veces con cuatro habilidades que construyen el camino del DIALOGO:

  1. la ESCUCHA GENEROSA ó MINDFUL (o GENEROUS / MINDFUL LISTENING)
  2. la ESCUCHA EMPÁTICA
  3. la CONVERSACIÓN MINDFUL (o MINDFUL CONVERSATION)
  4. las CONVERSACIONES DIFICILES (o DIFFICULT CONVERSATION)
Además, interesante y mágico, las propuestas del SIYLI incluyen también prácticas tan sencillas como efectivas que facilitan desarrollar la EMPATÍA y el LIDERAZGO COMPASIVO. Si me has acompañado con tu lectura hasta aquí, te ofrezco como regalo unas instrucciones simples para empezar a practicar 1. y 3. Y si quieres más, o cuando quieras más, te ofrezco mi ayuda para avanzar en este camino del DIALOGO.

Escucha Mindful y Conversación Mindful by Carlos Goga on Scribd

Etiquetas: ayuda, crisis, oportunidad, políticos

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