Rss Feed

Blog de Carlos Goga

Tecnoestrés. O la sombra de las nuevas tecnologías.

11/12/2013 | | nuevas tecnologías | No hay comentarios

Las nuevas tecnologías nos permiten comunicarnos más rápido. Si, sin dudarlo. Esta es su luz más cotidiana. Pero también tienen una sombra, desgraciadamente muy habitual: nos impiden mantener la presencia en la vida. Cada vez que doy clase, presento este vídeo para llamar la atención sobre este aspecto tan relevante.

Pero si tienes dudas sobre cuál es el comportamiento más repetido, déjame ponerte un ejemplo más cercano para que entiendas esta disyuntiva. Si tu móvil vibra o suena mientras estás con alguien ¿a quién priorizas? ¿a quién tienes en frente de ti o al que está detrás de la máquina?

Yo, desde hace años, priorizo – sin dudarlo – a quien tengo frente a mí. Y sin embargo, me llama la atención el gran número de amigos y conocidos que hacen distinto, poniendo siempre el móvil por delante, o que me recriminan cuando no les cojo la llamada al instante o nos les contesto el whatsapp en la siguiente hora.

Cada vez más escucho a muchos reconocer que su primer gesto del día, inmediatamente después de levantarse, es coger el móvil y chequear mensajes. O sentarse delante del ordenador. O encender la tele. De la misma manera, observo que muchos, a la mínima, levantan el móvil y lo ojean por si tienen llamadas o mensajes. Y si no los tienen, se conectan a facebook o a twitter para buscarlos. Cuando fácilmente podrían dedicar este instante para relajarse, mirar al cielo o buscar los ojos de una persona que tengan cerca.

Las nuevas tecnologías entrañan un gran riesgo y podemos acabar perdiéndonos lo que pasa en nuestro alrededor más cercano. O las gestionamos bien, o estamos en contacto con el mundo sólo a través de ellas, dedicándoles todo nuestro tiempo. Las pantallas son sólo una ventaja si las dominamos, cuando las excluimos de muchos momentos de nuestra vida. Vivimos un conflicto entre el tiempo de pantalla y el tiempo de vida. O dicho de otro modo, vivimos un conflicto entre el tiempo de pantalla y el tiempo que nos dedicamos a nosotros y al otro amado. Y sólo de nosotros depende convenir en qué dirección seguir.

Deberíamos aprovechar las nuevas tecnologías y el tiempo que ganamos para vivir mejor: liberar tiempo para estar con las personas amadas, para formarnos, para estar presente en la naturaleza, para aumentar nuestro tiempo libre, para ganar en reflexión y silencio. Pero no es eso lo que está ocurriendo. La pantalla lleva a la pantalla. El tiempo ganado ha sido ocupado por más exigencia de trabajo, más rapidez, más rentabilidad, más comunicación, más disponibilidad. Algo que empieza a denominarse en algunos círculos como ‘tecnoestrés’ cuando nos referimos a nuestro sentir individual. O ‘tecnodesempleo’, cuando nos referimos a nuestro ser colectivo y social [Hace unos cuantos post escribí sobre esta complejidad, básica para resolver la situación de crisis en la que estamos; si te apetece, aquí lo tienes].

Pero continuemos con nuestro ser individual. Tenemos que tomar autoridad sobre nuestro comportamiento, reducir el tiempo que dedicamos a las pantallas y recordar lo importante de vivir el momento en directo. Tenemos que recuperar el presente, el estar presente al completo: en mente, corazón y cuerpo. Tenemos que practicar la presencia de manera rutinaria. Una presencia que se convertirá en regalos que nos hagamos a diario y que también podremos ofrecer al otro. Y cuando lo hagamos, estaremos llenando de amor nuestras vidas; Elsa Punset, en su libro Brújula para Navegante Emocionales, identifica ‘la presencia plena’ como uno de los cinco actos de amor. Los otros cuatro te los dejo como anzuelo para que te leas su libro; lo recomiendo.

El camino es persistir en los momentos de no-conexión, de no-pantalla y de no-acción. Tenemos que redescubrir el disfrute de la calma, de la lentitud, del no hacer nada. Y para esto nos ayudará apagar el móvil durante las comidas. Y los fines de semana… o sólo los domingos. Y los ratos que estamos con los hijos, la pareja, la familia y los amigos. Y si no lo apagamos, por lo menos dejarlo aparcado, lejos, en silencio.

Tenemos que resistirnos a la tentación de la tecnología, respirar y afirmar en voz baja aquello de “responderé más tarde, pero ahora no; ahora estoy viviendo plenamente este instante, este momento,  sólo este momento cuenta”. Y así entraremos de nuevo en contacto con nosotros mismos, con el otro y con las maravillas de la vida.

Si quien está al otro lado de la máquina soy yo, créeme que lo entenderé y lo agradeceré. Por ti y por mi.

Etiquetas: amar, cambio, oportunidad, tecnología

Comentar

WordPress SEO fine-tune by Meta SEO Pack from Poradnik Webmastera