La Renta Básica Universal: un tema de reflexión y de decisión (parte 1)
27/07/2014 | carlosgoga | cambio, clase creativa, otra economía | 3 Comentarios
Un hermoso debate está «renaciendo» en nuestra sociedad. Se trata de la conveniencia y la viabilidad de la Renta Básica Universal (en inglés, Basic Income). Y digo renacer porque como debate y propuesta lleva presente entre nosotros desde 1797. Ya en aquel año, Thomas Paine (uno de los Padres Fundadores de los EEUU) acuñó el concepto en uno de sus escritos. Desde entonces, personalidades políticas y económicas de primer orden occidental (como Martin Luther King, James Tobin, Paul Samuelson, John Kennaith Galbraith, James Meade y Milton Friedman) han abogado por su reconocimiento e implantación.
Cuanto menos, creo que la mayoría aceptamos que es un debate hermoso en la fuente porque persigue garantizar a todo el mundo, con independencia de su condición, una vida digna. Es un concepto curioso y conveniente por muchas razones que no voy a enumerar, aunque si destacaré algunas.
Este «renacer» chupa de fuentes nuevas en los albores del siglo XXI. Por un lado, Jeremy Rifkin reabrió el debate con su libro El fin del trabajo. Por otro, el documental suizo-alemán The Basic Income, a cultural impulse (subtitulado al castellano) retomó la idea y facilitó su popularidad en Europa, tanto que en 2013 llegó al Parlamento Europeo una iniciativa legislativa popular para forzar su consideración y debate por la Unión Europea. Durante este 2014, un nuevo alegato llegó a la comunidad TED a través de TEDxMaastrich, con una charla bajo el título Why we should give everyone a basic income? Y aquí en España, hay una recogida de firmas en marcha para presentar nuestra propia iniciativa legislativa popular que finaliza el 14 de marzo de 2015. Además, todo indica que Podemos ha recogido el testigo político para avanzar hacia su vertebración.
Por mi parte, la renta básica universal (incluyendo a niños y ancianos, por si hay dudas) es parte fundamental de la sociedad que sueño para nuestros hijos y nuestras hijas y que describo en mi novela #lovetopía. EL NUEVO MUNDO QUE LLEVAMOS EN EL CORAZÓN.
De entre todas las preguntas que surgen entorno a la renta básica universal, hay dos preguntas que me han acompañado durante todo el proceso de escritura. Este post ofrece una respuesta elaborada a la primera de ellas. Vamos a ello.
¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que una renta básica universal es aceptable, conveniente y recomendable?
La respuesta a esta pregunta tiene todo que ver con nuestro entender del «trabajo».
Por un lado, me lleva al ADN cultural de tinte judeocristiano de la sociedad occidental y, en particular, de la sociedad católica española. Recuerdo para todos aquel «Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás» (Génesis 3:19). Esta afirmación, mil y una veces escuchada y repetida, está omnipresente en el subconsciente individual y colectivo de todos.
De alguna manera, todos entendemos que el trabajo es la consecuencia de una maldición original (denominada «pecado original» por la Iglesia Católica). Todos entendemos que el trabajo es un sacrificio. Es un castigo divino. Es algo contra lo que no podemos luchar. Y por eso aceptamos trabajos basura. Y a jefes insoportables. Y realizar actividades que nos aburren o nos disgustan hasta la enfermedad. Es lo que llamo el trabajo como «trabajocastigodivino«.
Por otro lado, somos las primeras generaciones de una sociedad tecnológica muy automatizada y aún no hemos asimilado el nuevo contexto en el que nos movemos. Desde la costumbre y la tradición de siglos, sino milenos, las personas han tenido que esforzarse y trabajar para proveer a sus familias lo básico para vivir, en especial techo y alimentos. Con el tiempo, también sanidad, educación y oportunidades de crecimiento. Esta faceta del trabajo es la que llamo «trabajoesfuerzovital«.
Por último, el trabajo clásico es una línea divisoria muy clara en nuestra estructura social. A una lado y a otro se han posicionando, desde la legitimidad histórica, los pobres y los ricos, las izquierdas y las derechas, los sindicatos y las empresas, el empleo y el capital. El trabajo y las condiciones de trabajo han sido y siguen siendo una bandera típica en el enfretamiento político, económico y social de nuestra sociedad. Esta acepción del trabajo la denomino «trabajoluchadeclases«.
[NOTA: Desde este enfrentamiento ha surgido con fuerza el adversario del trabajo, el «capital». Y sin darnos cuenta, le hemos otorgado inconscientemente al capital atributos propios de lo divino. Tener «capital» supone una bendición porque te exime del «trabajocastigodivino» y, por lo tanto, nuestro camino de salvación es «la acumulación de capital» y consagramos todo el sistema social a este fin. Tanto es así, que hemos creado un -ismo (como el cristianismo) que denominamos «capitalismo», hemos encumbrado a la condición de Dios al «mercado» (basta con ver las noticias para entender este comportamiento irracional) y hemos vertebrado una cultura de penalización del trabajo (la mayoría de la recaudación de impuestos recae sobre el trabajo) y de recompensa del «capital» (beneficios e incentivos fiscales para quien acumule capital).]
Pero creo que ya no, que hoy por hoy podemos reirnos de estas afirmaciones, desde la consciencia, y convenir individualmente y colectivamente que el trabajo es algo nuestro, muy terrenal, que nada tiene que ver con lo divino. Además, lo que antaño exigía de cientos de brazos hoy lo hace un simple tractor; lo que antaño exigía cientos de oficinistas hoy lo hace un simple ordenador; lo que antaño exigía cientos de oradores hoy lo hace un simple video en internet. Por último, cada vez somos más lo que pertenecemos a la clase creativa y asistimos perplejos, casi de manera atónita, al tradicional debate de izquierdas y derechas en lo concerniente al trabajo… sabedores como somos de que este debate es caduco y que la verdadera confrontación social (que existe) es entre los de arriba (las élites extractivas) y los de abajo (los ciudadanos).
La necesidad de «trabajo», entendido de una manera clásica como trabajocastigodivino + trabajoesfuerzovital + trabajoluchadeclases, puede desaparecer a una velocidad imparable, propia de las innovaciones disruptivas a que tan acostumbrados nos tiene la industria digital. Hay un cuento (que también incluyo en mi novela #lovetopía) que bien simplifica e ilustra esta situación. Pero para que desaparezca, tenemos que deshacernos de estas creencias básicas, creencias que hoy por hoy se manifiestan altamente limitantes de nuestras opciones de evolución social.
En este contexto, la renta básica universal es el disolvente perfecto para ese entender clásico del trabajo y, además, el mejor camino definido para trascender la historia del trabajo tal cual la conocemos y entrar en algo nuevo, manifiestamente diferente. He aquí algunas pistas.
- Pasaremos del trabajocastigodivino al «trabajo como actividad de expansión del potencial creativo del ser humano». Esto lo entiendo como «trabajocreatividad«.
- Pasaremos del trabajoesfuerzovital al «trabajo como actos de servicio al otro y de contribución al bien común». Esto es lo que llamo «trabajoamor«
- Pasaremos del trabajoluchadeclases al trabajo como «actividad de socialización y de compartición de experiencias colectivas». A esto habitualmente me refiero como «trabajosocialización«.
Entender este pequeño resumen es muy importante porque, de manera implícita, nos identifica la motivación que tendremos para seguir trabajando, aunque lo hagamos de una manera radicalmente diferente. Trabajaremos por creatividad, por amor y para socializar. No entro en detalle para no extenderme en demasía, pero si quieres visualizar cómo podría funcionar una sociedad así, te remito a mi novela #lovetopía. Si por alguna de aquellas no puedes o no quieres comprarla, basta con que me escribas y te la haré llegar en formato electrónico por e-mail.
[PD: La segunda pregunta, cuya respuesta dejo para un siguiente post, es esta: ¿Es la renta básica universal algo económicamente viable e implantable en nuestra sociedad?]
Etiquetas: amar, cambio, clase creativa, crisis, innovación, lovetopía, nuevo trabajo, oportunidad, RBU, renta básica, tecnología
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